nobody's home

Lo pienso, y lo pienso, y lo vuelvo a pensar... ¡pero, no! No puede ser que ya no esté. No lo acepto. ¿O lo siento y no me doy cuenta?

Mi estado es muy, pero muy, depresivo todos estos días. No sé cómo lidiar con este asunto. ¡Nunca me ha pasado algo igual ni me volverá a pasar! Todos quieren verme llorando para afirmar que estoy mal... pero, ¡si ni eso sé hacerlo! Papi no me enseñó a llorar. Todo lo contrario.

Quiero salir, ver personas, no pedir permiso... Ah, las "reglas". Esto, nada de esto, está escrito en el librito de reglas. Sí, ese que no me gusta en lo absoluto. En eso salí a papi: no juego por las reglas; las conozco, para ir con ellas y romperlas cuando se deba.

Ok, ok, ok. ¡Estoy divagando! Lo admito. Es que mi cabecita está hecha un mega-enredo y ni con un peine la arreglo. Doy los pasos confundida y presiento que caigo en cada uno. Las palabras y gestos reflejan el miedo en mi corazón. La seguridad se botó en la basura: fue y se echó ella misma y ahora parece que el camión ya pasó...

Ezequiel me acaba de decir: "...al final estamos solos con nosotros mismos, y cuando aprendemos eso, entonces todo el mundo es de nosotros". Debo ser yo. Tengo que confiar en mí.

Dios se siente defraudado y eso me atormenta. ¡Es valor lo que me falta! Como dicen en España: "Es mejor pasarse una vez en rojo, que pasarse toda la vida colora'o".

No sé qué hacer... Dios, papi, ¡¿me ayudan?!

[everybody needs some rush in their life .. i enjoy it every second]