un ratico más viviendo

Vivo la incertidumbre. ¡Sí! Me fascina. Me desespera. Me traiciona. Me mima... ¡Me encanta! Sí, sí, sí. Aun cuando me traiciona, porque es que la confiada soy yo. Y la maravilla de la incertidumbre es justamente eso: ¡la incertidumbre!

En un minuto ni te explicas qué haces en el mundo. Al siguiente, no te cansas de hacer planes, aprender cosas nuevas y disfrutarte cada segundo. Y ojalá fuera así siempre... ¡Pero no lo es! Creemos que esto es una maldición y que mejor no nos arriesgamos a nada, no vaya a ser que el minuto mágico se desvanezca. ¡No! ¡Es una bendición! El motivo de nuestra existencia es elevar nuestra adrenalina, buscando momentos de extrema felicidad.

Nada nos hace sentir más vivos que sentir [valga la redundancia]. Cuando estamos "anestesiados", nada parece tener sentido. Es como ahora, que estoy escribiendo en mi blog, oyendo música, hablando por Messenger... y es tanta la tranquilidad, que me siento casi depresiva [digo "casi" para que no crean que cuando termine esta redacción me voy a tirar por este mismo balcón que tengo detrás mío].

Todos pasamos por bajas, y si nos tardamos mucho en "subirlas", pues puede que permanezcamos abajo. ¡Ah! Pero me pongo a pensar en estos últimos días, por ejemplo, en que me han pasado cosas emocionantes, difíciles, ¡inesperadas!, y que hacen que re-plantee mis cosas...

Conozco gente, aprendo algo que ni sabía que existía, me sorprendo en lugares que solo imaginé [otra razón más para seguir soñando], la edad deja ya de importarme por completo, aprovecho la pasión detrás de las atracciones fatales, las conversaciones se vuelven más intensas, y simplemente hay tiempos que no quisiera que pasen jamás... Y vuelvo a caer en lo mismo: si supiera que se quederán conmigo por siempre, pues no serían tan encantadores.

Precisamente ahora, hablaba con Joaquín [sencillamente, parte escencial en mi vida] y le recordaba lo mucho que me importa y lo quiero, y cómo siento que no sigamos tan conectados como antes. Esto me llevó a recordarle, también, la razón por la que le digo todo como justamente es, y que aunque hay épocas igual de efímeras que cargadas de energía, prefiero sonreír porque ocurrieron, que lamentarme porque se acabaron. O peor, arrepentirme de no haberlas vivido.

No tengo miedo de hacer lo que me apetece, sin caer en excesos. Busco aprender todo aquello que capta mi atención, sin temor al que dirán. Disfruto conocer a cada persona, por más difícil que pueda ella parecer, porque entiendo que todas, absolutamente todas, llegan a mi vida por una razón, y mientras más incómodas, más necesarias son para ver mis debilidades reflejadas en su conducta... y claro, revisarlas.

Como comentaba hoy el facilitador: "La motivación está en nosotros mismos. Pueden haber estímulos externos, pero la motivación es intrínseca de cada uno. Visualicemos nuestras metas y tengamos la firme determinación de cumplirlas. Una vida sin propósito, no es vida. Seamos útiles a la sociedad. Nuestra contribución, por pequeña que parezca, pauta una diferencia en el universo".

En mi opinión: mientras más experiencias vivamos, más cosas tenemos para ofrecer a otros.

[everybody needs some rush in their life .. i enjoy it every second]