Jueves 13 Diciembre 2007 [...en español es mucho más difícil, pero con más sentimiento]

Cuando me levanté esa mañana, no imaginé el día que me esperaba...

Había envuelto cuidadosamente el regalo de Rosa para la entrega final del Angelito de mi oficina. Le escribí una linda tarjeta personal y acomodé el lazo del presente, con esa cinta de tela, tan "chula", que solo sabe ofrecer la Casa Cuesta [...no es un anuncio, pero todo el que la vio sabe de qué hablo]. La reunión sería en casa de Doña Aracelis y desde el día antes ordenamos la picadera y bebida. Nos iríamos todos juntos al salir de la Central, después de las 18 horas.

A media mañana, me notifican que papi está interno porque le bajó tanto la hemoglobina que casi le da una ataque al corazón. Había que hacerle transfusión de al menos dos pintas de sangre... Y claro que al mediodía salí corriendo del trabajo para Corazones Unidos. Gracias a Dios por mami que me mandó a buscar con su chofer. Era preferible la sangre masculina, por lo que mi hermano, mi tío y otro amigo íntimo de papi, donaron. Además, mi padre se la pasó conectado a antibióticos y hierro por varios días. Quien dice que Omega es "El Fuerte", no conoce a mi papá...

Ya de noche, cuando papi estaba estable y de mejor color, decidí cumplir con mis compañeros de trabajo, llevando el regalo y volviendo a la clínica rápido. No quería dejar a papi por nada y había "alargado" la hora lo más que pude... Pero cuando las cosas van a pasar, ¡van a pasar!

Llego a casa de Aracelis y saliendo de mi carro, entrando a la marquesina, ¡me roban la cartera! Cuando veo que el motor disminuye la velocidad al verme, corrí hacia adentro. Pero el espacio para entrar era muy pequeño por el vehículo estacionado en medio de la marquesina y el "sujeto" de atrás se desmonta, yo [creo que por instinto] suelto la cartera y entro. Me caigo al suelo y grito como loca para que todos salgan...

---No creí que temblaría escribiendo esto---

...Me reconfortan todos mis compañeros. Bloqueo la línea del celular. Cancelo las tarjetas del banco. Extraño todo lo que se llevaron; sería absurdo hacerles esa lista. Pero no hay nada material que compare el trauma con el que me quedé: ahora siento que todo el que me pasa por el lado quiere atracarme o hacerme algo malo. El simple hecho de salir al frente de mi casa me pone los pelos de punta... ¡No quiero sentirme así! No quiero sentir odio en mi corazón, ni devolver a nadie con la misma moneda. Es difícil, pero no es mi deseo envenenarme por dentro. Con más fe creo en el bien: hay que hacer el bien sin mirar a quién y agradecer que las cosas no resultaron peor...

En los días posteriores todos se preocuparon por mí y mi papá, sobremanera. Me ofrecieron ayuda y un hombro si lo necesitaba. Me sentí más protegida por ello. Lo material lo dejé ir como si nunca lo hubiese tenido y aprendí cosas que antes no sabía por las tantas diligencias que me tocaron para recuperar mis documentos personales. Compre un celular nuevo y le puse el mismo número, y hoy estoy aquí, bien, y casi celebrando el año nuevo. Mi papá está súper bien y sé que estará con nosotros muchísimo tiempo más.

Tengo la firme confianza en que todo lo que me pasa, lo que nos pasa, es para crecer y darnos cuenta de lo que es realmente importante en nuestras vidas. Y claro, estas cosas también nos recuerdan que debemos andar con los ojos bien abiertos y ¡evitar que nos vuelvan a suceder!

[everybody needs some rush in their life .. i enjoy it every second]